sábado, 15 de octubre de 2011

NO a la “Zoofobia”



Un hombre fue detenido y llevado a juicio en Suiza tras abusar sexualmente de su perro, a quien cortejó con chocolate y una cena romántica a la luz de las velas, según declaró.
El acusado, un hombre de 25 años residente en Liestal, Suiza, aseguró que se enamoró perdidamente de su mascota, un perro de la raza Appenzeller llamado Blaessli. Al parecer, el humano tuvo relaciones con el animal desde 2008 a 2011, según el sitio del periódico británico The Sun.

Esta es una noticia real; sucedió. No es inventada.
¿Qué pasaría si yo, en un acto generoso de inclusión e igualdad, digo que lo que hizo este muchacho no está mal? Es más, me gustaría que exista una ley que ampare a todos los seres humanos que encuentren el sentido de su vida practicando la zoofilia para que lo puedan hacer sin esconderse en gallineros o patios baldíos.
Después de todo, el suizo este tendrá un gusto exótico pero es su elección, ¿no?
Apuesto que el más progre de los progres de la tierra se “rascaría” a rabiar la barba por mi petición. Me diría que esa conducta no es normal, que estoy queriendo llamar la atención y bla bla bla.
Pero, yo, como soy un visionario, insisto en mis argumentos.
Mi intuición, que es un método superior a la razón (según Bergson) me dice que dentro de 20 años nos vamos a estar enfrentando en un sangriento debate, para el que ya me estoy preparando desde ya. Por un lado, los que defendemos la libertad sexual y por el otro, los zoofóbicos: esos trolls de mente corta que no entienden que los animales también tienen derecho a gozar y no hay que discriminarlos. Una guerra sin tregua por la inclusión y la no discriminación.
Mi postura –reconozco un poco radical- molestará a muchos pero eso poco me importa porque ya recibí apoyo internacional para hacer frente a los detractores y lograr algún día la igualdad en su máxima expresión.
Cada vez tengo más adeptos pero no crean que es fácil llevar esta lucha porque no es la Sociedad Protectora de Animales, ni Francesca Crosa, ni Isabel Mezquita, la que pone mayores trabas. Lo que frustra es que ni siquiera esas “minorías” apoyan la causa; todos me dan la espalda. 
Y eso que yo no dije nada cuando ellos se mentían a sí mismos: cuando castré mi razón y le felicité por el día de la madre a alguno que nació con pito y que está ocultando la barba detrás de kilos de maquillaje.  Bien me gustaría hacerles un na´ape a todos esos hipócritas...
Después de todo, es una cuestión de elección, ¿no? 
Saludos a todos,
El Supercan